Los muros de Mixco Viejo


Resguardada entre las montañas y acariciada por las aguas del Motagua y el Pixcayá, duerme la ciudad maya de Mixco Viejo. Cada estructura que habita el lugar, guarda su versión de la historia a través del tiempo.

Fundada durante el período post clásico, durante el siglo XII, fue la capital de los Poqomames. En 1470 fue conquistada por los Kaqchikeles, quienes la bautizaron Jilotep’ek  -cambiando el nombre original de Saqk’ajol Nimakaqapek-. Posteriormente, la caída de Mixco Viejo ante los españoles ocurrió en 1525, cuando Pedro de Alvarado y sus tropas tomaron la ciudad y la quemaron.

También conocida como Jilotepeque Viejo, se calcula que su población llegó a los 10,000 habitantes. Junto a un gran número de estructuras, dentro de las que se encuentran dos canchas de juego de pelota, se considera que es una de las ciudades más importantes de la Guatemala pre hispánica.

Su ubicación y la muralla de piedra que rodean al conjunto de estructuras, representaba para los posibles perpetradores –incluyendo los españoles, quienes debieron planificar la conquista durante tres meses-  el hecho que invadir la ciudad contara con una dificultad especial. Fue una ciudad fortaleza que durante un tiempo resguardó a sus habitantes y hasta la fecha, no ha dejado escapar el misticismo que se respira solamente dentro de su perímetro.

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